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viernes, 9 de septiembre de 2016

Gustavo Coimbra: “Para parar la corrupción, el rector ya no debe elegir al auditor interno a dedo”



Su campaña no ha sido de las más ruidosas, pero tiene una propuesta para luchar por transparencia en la estatal cruceña.

_ ¿Cómo evalúa la campaña?
Consideramos que ha habido cosas positivas en esta campaña. Aunque ha sido breve. Ya no ha habido perjuicio a las clases y fue bueno. Se ha podido conocer ahora las propuestas serias de los candidatos, como las del Frente Universitario de Renovación Académica (FURA). Anteriormente, se vio más la campaña de prebendas, de ruidos.
Pero ha habido intercambios de las acusaciones fuertes a través de las redes sociales.

Sí, hablo de esta campaña. En general, he visto que los colegas candidatos a rector se han limitado bastante debido a las restricciones proselitistas nuevas impuestas por la Corte Electoral. Pero también se ha visto y escuchado que algunos postulantes se han dedicado a hablar mal de otros aspirantes y eso lo considero una falta de ética. Falta de ideas y que no hay propuestas.

_ Pero pese al malestar con los resultados académicos de la Uagrm, a esta elección volvemos sin muchas ideas para cambios de fondo. ¿O no es así?
Se llamó a un claustro universitario, que debe concluirse de acuerdo a la convocatoria. Una vez elegida la nueva autoridad, recién se deben hacer los cambios estructurales que son necesarios. Yo estoy de acuerdo en que hay que hacer cambios estructurales: el prebendalismo, la corrupción, la falta de calidad académica deben ser barridas con medidas prácticas. Por ejemplo, una vez elegida la autoridad del rector, se debe llevar adelante el Congreso Universitario. Estamos en cuarto lugar en el ranking de las universidades del país y a nivel internacional estamos después de las primeras 300 universidades latinoamericanas y esos son malos indicadores. El cambio que necesitamos los cruceños, urge.

_ ¿Cómo parar la corrupción?
Una forma de parar la corrupción es cambiar el sistema de auditoría interna. El jefe de auditoría ya no puede seguir siendo designado a dedo por el rector. Y para eso hay que cambiar el estatuto. Lógicamente, si el rector designa al auditor, este depende de él. Tiene que haber un auditor interno independiente, con un mandato, digamos, de seis años y que no sea elegido por el rector, sino por concurso de méritos. Institucionalizar el cargo del jefe de auditoría interna es una forma de parar la corrupción. Hoy el auditor es elegido por el rector y, lógico, sus informes son revisados por el auditado y él puede decir: quite esto a su informe, quite lo otro. ¿O cuándo se conoció públicamente los resultados de procesos de auditorías internas por corrupción en la universidad?


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