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martes, 19 de septiembre de 2017

Proyectan una Uagrm amable para estudiantes con capacidad diferente


La rutina diaria de José Luis Aguilar Lazarte (18) para ir a sus clases a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno es agotadora por la distancia que debe recorrer en taxi desde el barrio 21 de Septiembre (séptimo anillo y la avenida 2 de Agosto) hasta la Facultad de Ingeniería en Redes y Telecomunicaciones, situada en los módulos de la avenida Busch, donde, para ingresar a su aula, debe sortear algunos obstáculos infranqueables para personas que sufren algún tipo de discapacidad, como él.

José Luis tiene dificultad motriz en las piernas y, por lo tanto, se desplaza en silla de ruedas. Su primer escollo al llegar a la facultad son los vehículos que se estacionan en dirección de la rampa de acceso a la acera; enseguida hay una barrera de tres escalones imposibles de franquear si no fuera por los otros estudiantes que siempre le ayudan a salvar a la entrada y a la salida.

Posteriormente, sube a su aula, en el cuarto piso, por un ascensor que, con la nueva administración, funciona regularmente, según reconoció el estudiante.

Se habló del tema en un taller
“Siempre tengo que pedir ayuda para subir los escalones y, a veces, los ascensores no funcionan. Hay otros estudiantes que también tienen dificultades y la gente no les da importancia. La ciudad también es hostil con nosotros, pero tengo la esperanza de que va a mejorar”, dijo José Luis Aguilar.
Alberto Mollo, vicedecano de la Facultad de Redes y Telecomunicaciones, admitió que los proyectistas de la infraestructura no consideraron algunas normas de apoyo a las personas con discapacidad, pero aseguró que desde la gestión del decano Mario Gimber Zeballos se han acondicionado instalaciones para facilitar el acceso a estos estudiantes.

“Cuando llegamos a esta facultad los ascensores estaban deteriorados; el costo de la reparación fue de Bs 80.000 para dar comodidad a los alumnos con capacidades especiales. El tema es que los alumnos no están educados para usar estos aparatos, aprietan los botones en cada piso, suben más de lo que deben subir y ocurre el deterioro de estos equipos”, subrayó Zeballos.

Este tipo de dificultades lo soportan a diario decenas de estudiantes con capacidades diferentes, hecho que fue observado por María Hilda Peredo, directora de la carrera de Enfermería de la Facultad de Medicina, quien dijo haber impulsado la iniciativa y se concretaron las I Jornadas internacionales de cooperación e intercambio sobre accesibilidad universal en la educación superior, que se realizaron el 6 y 7 de septiembre en la ‘U’ estatal.

El proyecto fue promovido por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA, con sede en Antonio Machado de Baeza, España), con contraparte de la Uagrm y financiado por la Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aacid).

Social y arquitectónico

A decir de Virginia Fuentes Gutiérrez, docente e investigadora en la Universidad de Jaén y directora del proyecto, las acciones se desarrollarán en un plazo de 18 meses, como una experiencia piloto en la Uagrm, cuya magnitud en cuanto a número de estudiantes (más de 100.000), la ampliación que ha sufrido su campus en los últimos años y su carácter de universidad pública, la convierten en un contexto idóneo que permite asegurar el impacto social de las medidas.

De igual modo se pretende que las acciones realizadas en esta universidad puedan repetirse en otros organismos educativos o civiles del país.

La carencia más latente de la Uagrm es la existencia en su campus de barreras arquitectónicas que están impidiendo la movilidad sin riesgos del alumnado, docentes y personal administrativo. Otro desafío que detectaron los expertos es la inexistencia de una “cultura inclusiva” respecto a las personas con capacidades diferentes, basada en la igualdad de trato, reconocimiento de derechos, atención a las necesidades educativas especiales, etc.

Fuentes explicó que el plan de accesibilidad no se puede ejecutar de una vez, hay que seguir etapas en función de las prioridades de los recursos económicos y otras disposiciones que afecten. También es importante que se marque un antes y un después en lo que respecta a la adecuación de los espacios. Que se actúe en lo que ya está construido, pero también en lo que se proyecte y ejecute a partir de este momento. Que se realice considerando la accesibilidad universal y el diseño para todas las personas, ya que tanto alumnado como docentes y trabajadores de la Uagrm se ajustan a una diversidad humana con distintas capacidades.

En la parte social, se tiene previsto realizar un protocolo para la creación de una oficina de atención al estudiante con necesidades educativas especiales, al tiempo que se están recabando datos cuantitativos y cualitativos para conocer las razones (estereotipos y prejuicios) que están impidiendo la integración plena de las personas con capacidad diferente a la educación superior.

Oswaldo Ulloa, vicerrector de la casa de estudios superiores y miembro del equipo de investigadores del proyecto, manifestó que la idea es promover condiciones y convertir la institución universitaria en un lugar más amable, más accesible para las personas.

“La investigación para determinar el proyecto final la llevará a cabo la Fundación ONCE y nosotros, como universidad, pondremos los recursos humanos”, indicó el vicerrector Ulloa.


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